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01/06/2021En el mundo de la cocina hay muchas herramientas que podemos usar para hacer nuestra experiencia la mejor de todas y lo que usamos para calentar tiene un gran impacto en la preparación. Es por esto que hemos preparado una guía para ti, para que aprendas un poco sobre la placa de inducción y la vitrocerámica, y veas la diferencia que hay entre una y otra.
Este es un tipo de estufa que funciona con una serie de bobinas, que se encuentran ubicadas en cada una de las zonas de cocción. Por cada una de estas bobinas circula una corriente eléctrica, que es la que crea el calor cunado se coloca una olla o sartén sobre las zonas de cocción, y crean una reacción con el campo eléctrico generado por las bobinas. De esta forma podemos decir que se crea la reacción y así se genera el calor.
Las placas de inducción que podemos llegar a encontrar en el mercado se dividen en la zonas de cocción tecnología y el tamaño de estas, así como el de los espacios de cada zona de cocción.
Las que son más comunes son las placas de 3 fuegos. Estas tienen un tamaño de alrededor de 60 cm. Son las que más se recomienda para uso doméstico. Una de las más conocidas de este tipo de placas es la PID651BB1E. Esta placa cuenta con tres zonas de cocción y cada una puede ser programada entre 17 niveles de potencia diferente. La potencia total que podemos obtener de la placa es de 7400 W. El diámetro de cada una de las zonas va de 15, 21 y 32 cm.
Estos son unos tipos de modelos exclusivos de las placas de inducción. Nos dan una zona de cocción del total de la superficie, de manera que podremos colocar aleatoriamente las ollas o sartenes que queramos. Esto nos permite que las bobinas inductoras, que en este caso son de un tamaño mucho más pequeño pero que están distribuidas por toda la superficie, puedan calentar todo lo que se coloque sobre ella.
Esto no es más que una cocina eléctrica que está cubierta por una placa lisa de cerámica vitrificada. Tiene una gran resistencia al calor, así como también es un muy buen conductor de este. De manera que lo que obtenemos al comprar una vitrocerámica es una cocina eléctrica de 4 o más resistencia que tiene una superficie de cristal.
Las resistencias para calentarse utilizan alimentación eléctrica, transmitiendo el calor a la superficie donde colocaremos las ollas, las sartén y cualquier instrumento que queramos calentar. Todos los fogones son encendidos de manera dactilar, y con ese mismo botón podremos regular la potencia de cada una de las resistencias.
Una de las desventajas de este tipo de cocinas es que tienen un consumo alto de corriente eléctrica, cosa que podemos notar en la factura de la luz. Otra cosa es que, por lo general, tarden un rato en calentar. Esto último depende mucho de la marca y las tecnologías con las que cuente.
Como señalábamos al principio, las placas de inducción cuentan con unas bobinas que se encargan de crear calor al reaccionar con el acero o el hierro que hay en las ollas y sartenes. Mientras que las cocinas de vitrocerámica cuentan con resistencias eléctricas que calientan la superficie.
Ambas tardan su tiempo en calentar, esto ya lo sabemos. Pero si hay una que es mucho más rápida en comparación a la otra es la placa de inducción.
Otra de las cosas que se diferencian, y que se nota bastante en la factura de la luz, es el consumo eléctrico. Teniendo las placas de inducción habrá un consumo mucho más bajo que con las vitrocerámicas; un consumo que puede llegar a ser entre 20 y 40 % mucho más bajo
En las placas de vitrocerámicas, al igual que las estufas a gas y las cocinas eléctricas convencionales, podemos usar cualquier tipo de recipiente; cosa que no es posible en las placas de inducción. En estas es donde tenemos que usar obligatoriamente recipientes con la base plana y con componente ferromagnética o bien acero o hierro fundido entre sus componentes.