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21/01/2020Este delicioso pastel nos viene heredado de la gastronomía británica. Aunque es tradicional prepararlo con frutos rojos, esta receta acepta casi cualquier ingrediente y nos da mucho juego para experimentar. Este postre está formado por una capa de fruta fresca cubierta por una masa de harina, azúcar y mantequilla que se introduce al horno para que se cueza. El efecto que conseguimos es que la fruta quede reblandecida por debajo mientras que la masa que la cubre queda seca y resquebrajada por encima, por lo que se convierte en una deliciosa capa con aspecto de “migas” de galleta.
La combinación de sabores y texturas de esta tarta hace que el resultado sea delicioso. Es perfecta para comenzar el otoño. Puede tomarse a temperatura ambiente, templada e incluso fría. Se asocia a días lluviosos y a la llegada del invierno. Es una receta que abarca muchos tipos de temperatura y queda totalmente sujeta al gusto del consumidor aunque dicen que como mejor se disfruta su sabor es recién sacada del horno. Los que la prueban caen rendidos a sus encantos y normalmente no pueden evitar repetir.
Aunque es una receta sujeta a cualquier personalización que le quedamos dar. Si queremos realizar el crumble perfecto debemos tomar nota de ciertos consejos que nos harán conseguir el resultado ideal.
En vez de añadir la fruta tal cual, la podemos aromatizar para conseguir un sabor más especial que haga destacar nuestro crumble. Podemos añadir a la fruta que utilicemos anís, vino dulce, canela, brandy, amaretto e incluso poner unas cucharadas de alguna mermelada que nos guste, esto hará que potenciemos el sabor y textura de la fruta.
Esto quiere decir que si decidimos usar fruta que de por sí es bastante dulce, nos recortamos con el azúcar de nuestra masa. Se trata de que ambas partes se complementen y si nos queda un crumble excesivamente dulce no conseguiremos nuestro objetivo. Los frutos rojos no son especialmente dulces pero, si por ejemplo, utilizamos fruta como la manzana, tendríamos que recortar el azúcar de nuestra cubierta.
Para enriquecer la harina, azúcar y mantequilla que utilicemos y darle ese “toque” a nuestra masa, podemos añadir frutos secos, avellanas, copos de avena o galletas desmenuzadas. Esto hará que la masa tenga más sabor, cuerpo y personalidad.
La mantequilla que contiene nuestro crumble debemos añadirla siempre al final de nuestra mezcla, bien fría y cortada en daditos. Con las puntas de los dedos la agregaremos a los ingredientes secos y trabajaremos la mezcla con rapidez para no sobre calentar la masa y así poder conseguir esa textura de migas que lo caracteriza. Bastante similar a una masa quebrada.
Adecuar las cantidades para que quede equilibrada la cantidad de fruta respecto a la masa del crumble es bastante imprescindible. Que haya poca masa encima de una montaña de fruta o al revés, puede hacer que consigamos un resultado bastante triste. Podemos tomar las medidas a ojo o pesar los ingredientes antes de componer el pastel para equilibrar ambas medidas.
Para la fruta:
800 g de frutos del bosque
80 g de azúcar (Podemos usar panela, azúcar moreno, azúcar blanco…)
(Personalización de ingredientes: añadir anís, brandy, amaretto, mermelada…)
Para la masa:
300 g de harina
175 g de azúcar
1 pizca de sal
200 g de mantequilla cortada en dados y fría
1 cucharada de café de extracto de vainilla
(Personalización de ingredientes: avellanas, copos de avena, galletas desmenuzadas…)
Preparación del crumble:
Esperamos que os animéis a preparar esta receta en casa y que estos consejos os resultan útiles para conseguir el crumble perfecto, añadiendo vuestro propio toque y personalizando la receta a vuestro gusto. En Universal Blue tenemos una amplia gama de productos para ayudaros a preparar vuestros postres y disfrutar de cada paso de su preparación.