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01/02/2022Este sistema de calefacción se ha convertido en uno de los más eficientes, llegando a proporcionar el máximo confort y con una serie de características que consiguen que sea realmente interesante.
Esta alternativa cada vez es más demandada por los usuarios, pues permite climatizar nuestras estancias durante todo el año.
Si estás pensando en incluir este sistema en tu hogar, conoce su funcionamiento, así como todas las ventajas e inconvenientes con los que te encontrarás.
El suelo radiante es un tipo de calefacción que se encuentra habitualmente oculto bajo el suelo de la vivienda. Este mismo sistema puede ser utilizado en paredes y techos para mantener la temperatura del hogar con distintas fuentes de calor.
Se trata de un sistema óptimo porque distribuye el calor de forma homogénea. Además, dado que el calor procede del suelo, este no se pierde en la parte alta de la habitación, como ocurre con otros sistemas de calefacción.
Podemos diferenciar 2 tipos de suelo radiante:
Sistema compuesto por tuberías de polietileno situadas bajo el suelo y por las que circula el agua (caliente o fría).
Se centra en un circuito eléctrico que transforma la energía en calor mediante el uso de resistencias calefactoras.
Como en cualquier otro sistema de calefacción, podemos encontrar múltiples ventajas e inconvenientes de cada uno. No obstante, y aunque el funcionamiento de ambos es similar, el suelo radiante por agua supone una mayor eficiencia.
A continuación, puedes ver los detalles de cada sistema:
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SUELO RADIANTE ELÉCTRICO |
Más eficiente
Precio gas natural Puede generar calor y frío Se puede combinar con geotermia y aerotermia Inversión inicial alta Temperatura 35-40ºC Tarda un poco en calentar Menor control Mantenimiento de la caldera |
Inversión inicial reducida Temperatura 25-30ºC Inmediatez Control independiente en cada estancia No necesita mantenimiento Menos eficiente Precio electricidad Solo genera calor Solo uso eléctrico |
El suelo radiante trabaja a temperaturas de impulsión muy bajas, rondando los 30-45ºC, frente a los 75ºC a los que trabajan el resto de aparatos de calefacción.
Esto, por tanto, permite un ahorro y confort que otros sistemas no nos podrán ofrecer, pues al mantener la temperatura de forma estable en la vivienda, esta no llega a enfriarse, evitando el esfuerzo que supone tener que volver a calentarla. Además, el confort dura más tiempo.
Por otro lado, la instalación de suelo radiante es respetuosa con el medio ambiente, pues no reseca el ambiente y su consumo es bastante reducido, lo que nos permite recuperar la inversión realizada de la instalación en el corto plazo.